Por: Esperanza Chacón
“Vivir en libertad para ser sí mismos. Aceptar con mayor satisfacción el hecho de ser una identidad fluida, dinámica que está en un permanente proceso de transformación.” -Carl Rogers-
Inspirados en la praxis pedagógica del Centro Experimental Pestalozzi (Ecuador) y en las investigaciones científicas de Carl Rogers, María Montessori, Jean Piaget, Rebeca y Mauricio Wild entre los más notables; el enfoque Educativo No-Directivo se fundamenta en un paradigma holístico, sistémico y humanista, que Respeta los Procesos de Vida RPV, y confía en el inmenso potencial de cada individuo para desplegarse en las diferentes etapas para “ser sí mismo conservando su esencia”.
Esta corriente humanista surgida como la tercera fuerza, promueve el desarrollo integral del SER, entendiendo que con cada experiencia personal nos auto conocemos y nos manifestamos como seres individuales con cualidades únicas y genuinas.
Somos seres únicos e irrepetibles, con un potencial infinito de posibilidades de interconexión y creatividad, que se activan para ser nuestra mejor versión; que sucede cuando recordamos quiénes realmente somos.
El despliegue del potencial requiere de ambientes preparados y relajados, ricos en recursos didácticos, lúdicos, oportunidades y experiencias para conectar con la guía interior, el Plan Interno de Desarrollo (PID), que se despliega para nuestra creación.
Cuando emerge la información auténtica desde dentro, el ser humano en cualquier etapa de su vida llega a estados profundos del ser: felicidad, creatividad, toma de decisiones, libertad, autoconocimiento, autoaprendizaje, entre los más observables.
«La No-Directividad: para preservar la real esencia de lo que cada uno es.»
“El ser humano es libre de convertirse en sí mismo, de progresar o de regresar, de comportarse de la manera que su organismo lo manifieste.”
La Educación No-Directiva se centra en la persona, reconoce que autoconocimiento y autoaprendizaje son potencialidades inherentes a todo proceso de vida y que es esencial tomar en cuenta los principios universales de interacción de los organismos vivos con su entorno:
● Respetar las potencialidades innatas, sus etapas, ciclos y ritmos.
● Aceptar al otro SER como un legítimo otro, amor sin condiciones,
● Promover el desarrollo de la autonomía, base para «llegar a ser sí mismo». y ● Confianza en el plan interno de desarrollo, guía interior.
Cuando el ser humano usa su potencial de manera creativa, satisface adecuadamente sus necesidades de realización personal, y el entorno social al que pertenece lo permite, llega a unestadodetranquilidadinterior, eséloellaquesabecómoserfeliz.Tambiéncuandoes capaz de adaptarse sólida y creativamente a situaciones nuevas o viejas, ya que se libera de las actitudes defensivas. Al observar con conciencia la interacción del organismo con su entorno se percibe que la naturaleza del ser humano tiende a la creación, transformación y evolución.
La brújula está en el interior
Es fundamental tener una visión más humana de los procesos de aprendizaje, reconocer que cada persona es capaz de distinguir, primero internamente y desde su centro, cuáles son sus necesidades auténticas y sabe cómo satisfacerlas, entonces vive a plenitud cada etapa.
Recordemos, que un principio básico de interacción de los organismos vivos es distinguir valorar y elegir; esto sucede porque cada criatura posee capacidad de intencionalidad en sus propósitos, creatividad y comprensión de significados. Asimismo, atesora un cúmulo de elementos que hacen posible que no sólo adquiera la información curricular, legados culturales, sino que conecte con la esencia del ser que habita en su interior.
En ambientes relajados niños, niñas y adolescentes, experimentan estados profundos de felicidad; en donde no existe “el deber ser” o “el tengo que”.
Los adultos acompañan en las actividades y estados sociales, emocionales y cognitivos con conocimiento porque investigan sobre cuál es la naturaleza del ser humano y del conocimiento; lo que facilita los procesos pedagógicos.
Análogamente asumen el rol del agricultor al cuidar el medio ambiente de los seres vivos que interactúan en él, proporcionan los nutrientes: amor, respeto, cuidado y aíslan los peligros activos para proteger la integridad, para que cada participante llegue a ser quien verdaderamente es.
Esperanza Chacón. Por: Esperanza Chacón
