EL DÍA A DÍA DE NIÑOS Y ADOLESCENTES EN UNA COMUNIDAD DE APRENDIZAJE AUTODIRIGIDO CON BASE EN LA LIBERTAD

En la aventura de vivir, aprender y reaprender, el camino se torna más comprensivo, por lo tanto transitable, si empezamos a describir cómo es la vida en los espacios preparados para el aprendizaje, cuyo eje principal son las relaciones no-directivas.

Cabe resaltar que cuando aludimos a la no-directividad, en ningún caso se refiere a que no haya un marco de referencias claro y funcional; por el contrario esta propuesta requiere de la creación de espacios, estructuras, recursos didácticos y lúdicos con suficientes estímulos, informaciones, experiencias para que cada individuo asuma su libertad con responsabilidad y viva plenamente cada etapa de su vida.

El ser humano es poseedor de un programa interno que se activa en condiciones favorables. Al mismo tiempo esta información, la utilizará de la manera más conveniente. Un elemento básico para que se active el plan interno en cada individuo, es la libertad.

En nuestra experiencia, la libertad no es alboroto, caos, relajo o libertinaje. Por el contrario a mayor libertad, mayor responsabilidad, no puede ser de otra manera. Una persona que es libre de ejercer su autonomía, activa sus capacidades de manera asombrosa y las usa siempre en su beneficio.

El ser humano tiene un plan interno propio que le permite su realización personal.

En consecuencia de lo anterior, la práctica es congruente con los fundamentos teóricos; por lo tanto diremos que los espacios preparados para los niños, niñas mayores de 6/7 años y jóvenes hasta los 18 años contienen diferentes áreas, proyectos y temas de interés; que tienen el propósito de satisfacer las necesidades auténticas implícitas en cada etapa.

Es asombrosamente bello constatar que en estas circunstancias hay un desarrollo progresivo de la autonomía, es decir que cada individuo decide, hace y gestiona de manera tranquila su propia vida.

Existen dudas sobre si un ser humano en las primeras etapas infantiles “tal vez no sea capaz de tomar decisiones” o “que tendrá dificultades para organizar su tiempo”. Al parecer estas son unas de las mayores inquietudes que tienen los papás, las mamás y algunos educadores. Aclaramos que estar activo implica autonomía y, por supuesto, una toma de decisiones permanente. Por lo mismo, la prioridad de los adultos acompañantes es dejar que las iniciativas personales afloren de manera natural conforme a las pautas de cada niño, niña o joven.

Contar con referencias claras y funcionales, con acuerdos de convivencia aportan a qué cada individuo pueda sentir que tiene una base de seguridad, para que su interacción sea espontánea, sin riesgo de afectar su integridad.

CATEGORÍAS QUE INTERVIENEN EN EL QUEHACER EDUCATIVO

Es pertinente abordar las categorías que intervienen en el quehacer educativo y proceso del aprendizaje autodirigido, para comprender sus implicaciones tenemos, por ejemplo: ambientes o espacios preparados, la actividad autónoma, la toma de decisiones personales, actividad en grupo, equipos de trabajo, actividades comunitarias, cronograma y plan de aprendizaje integral, acompañamiento, sistema de tutorías.

Los niños y niñas a partir de los 6/7 años asisten a lo que se denomina el Semillero 2. La prioridad de este ambiente es facilitar la realización de la “actividad propia”, porque entendemos que está corresponde a la satisfacción de una necesidad de su plan interno.

Un niño en estado de armonía interior está conectado con su ser interno, este estado tranquilo y los instantes de silencio le permite identificar lo que necesita y lo que no; lo que le gusta y lo que no. Lo interpretamos como la actividad que ha surgido de su corazón, por lo tanto los adultos respetan el tiempo que les tome elegir; la interacción puede ser de cualquier índole, que ocupe la mayor parte de la jornada diaria y hasta una semana; dependerá del tema de interés o proyecto que desarrolla, así como de su experiencia, ritmo y etapa.

Al accionar que hemos descrito se denomina “actividad autónoma” y que alude al deseo que tiene el niño, la niña o joven de hacer algo propio, todo dependerá del período sensible o fase de desarrollo por lo que está atravesando.

En el caso de trabajos en equipo o actividades en grupo, existe un cronograma denominado el día a día, que está visible en la pared de la sala de llegada a la vista de todos, con códigos de colores para tres grupos por edades, no tiene la connotación de un horario escolar, diremos que es un planificador semanal y es un instrumento dinámico para orientación temporal. Por lo tanto la organización es flexible, en tanto está sujeta a cambios; es una referencia clave que los niños y las niñas saben que puede variar, con base en propuestas e ideas elaboradas por ellos y ellas.

Entonces es un esquema semanal con los días y las horas, que están visiblemente diferenciadas por el ritmo y la hora de los rituales de la comida, las actividades autónomas, las actividades en grupo (matemáticas y desarrollo del lenguaje, escritura creativa, experimentos, danza -expresión corporal- historia y narración de cuentos, caminata al río, exploraciones por la naturaleza, entre otros. Además los tiempos están sujetos a los acuerdos del grupo. Las actividades descritas van distribuidas en las diferentes horas.

En el caso de los niños mayores de 10 años que evidencian un desarrollo de la autonomía, reflejada en la toma de decisiones y en la manera como resuelven los problemas, ellos y ellas por sí mismos elaboran un Plan de Aprendizaje Integral, no sólo para el día o la semana, sino con proyección para un período (cinco meses) o de uno a dos meses hasta llegar a su meta.

No obstante de lo anterior, es difícil imaginar que los niños, las niñas y los jóvenes puedan estar haciendo una misma actividad a la vez (excepto en el grupo de trabajo en el que participan). En todo caso las actividades autónomas ocupan gran parte de su tiempo.

En una comunidad de aprendizaje con una propuesta de educación no-directiva, la dinámica es fluida, constante y relajada; por lo que cada día es diferente, diremos que es único, inclusive para los adultos acompañantes que están en las diferentes actividades.

Para graficar cómo se desarrolla la vida en un ambiente no directivo, es importante tomar en cuenta cada situación en su contexto. Así tenemos que: los días lunes a la única actividad que todos y todas asisten a la vez, es la reunión del Consejo de gobierno (a partir de los 7 años de edad, lo hacen en calidad de invitados y pueden o no asistir). A su vez, a partir de esta edad se convierte en la primera responsabilidad, ya que en este espacio se coordinan las actividades y responsabilidades para la semana. Esta instancia es informativa (noticias, ideas, propuestas, etc), se asumen responsabilidades a manera de coordinaciones sobre las diversas actividades comunitarias.

Además, es un espacio de expresión y comunicación sobre lo que gusta y lo que disgusta, por parte de niños, niñas, jóvenes y adultos. De hecho es un espacio que promueve la autogestión, la resolución de los conflictos y la elaboración de los acuerdos sociales y reglas para la convivencia con base en el respeto mutuo.

Se ha indicado que los momentos de silencio, tranquilidad o de descanso son espacios de tiempo para tomar decisiones, para identificar qué tipo de actividades se va a realizar para satisfacer una necesidad propia, ya sean autónomas o en grupo según sea el caso. Se toma en cuenta la edad de los niños y niñas especialmente aquellos que están en la fase de transición, (por el estado susceptible y vulnerable al que están expuestos, por esta razón se los invita y ellos y ellas deciden si quieren asistir o participar). Consideramos que el paso del Semillero 1 (3 hasta 6/7) al Semillero 2 es un tiempo de cambios, por lo tanto las emociones son fluctuantes así pueden ser intensas, estables o evidenciar una apatía.

Un elemento que consideramos de vital importancia es que el niño y la niña eligen el momento que comen su snack personal, porque a media mañana (10 a.m.) se ofrece el snack como actividad social que organiza el servicio de cocina, tiempo de silencio para compartir y sentir cómo continuar el día vaya qué ha transcurrido la mitad de la mañana. Esta pausa les permite organizar el día, continuar o cambiar de actividad.

Cuando surge una actividad autónoma, el aprendiz bien puede solicitar información (sobre cualquier tema de interés, que va desde jugar, pintar, tocar música, hacer teatro, artesanías, cocinar, bailar , sembrar y cuidar su huerto e inclusive enfocar su atención en un tema específico; sea en ciencias, desarrollo del lenguaje, matemáticas, historia y geografía. Así también deportes, recreación, experimentos e investigación. Al respecto contamos con un interesante laboratorio que contiene recursos didácticos y lúdicos que facilitan el aprendizaje en las áreas enunciadas.

Cada día hay actividad en grupo (pequeños, medianos y grandes) y las propuestas las hace el adulto que coordina la actividad. Importante mencionar que no hay niveles, los grupos se conforman por edades y, en algunos casos deciden por sí mismos cuando quieren probar en otro grupo de trabajo.

SISTEMA DE TUTORÍAS

Los niños, las niñas y jóvenes emprenden diferentes actividades, aparentemente los adultos están en diferentes áreas con varios o pocos. No obstante cada adulto acompañante es tutor de entre cinco y seis niños/niñas para quienes elabora un reporte de actividades; por lo mismo documenta el proceso de los niños, niñas asignados y observa las actividades realizadas que las registra a diario.

Con esta información se elabora una interpretación aproximación de los estados de desarrollo, que se complementa con los informes diarios que elaboran los niños y las niñas, además de la entrevista personal que se realiza, con el objetivo de que sea parte en la documentación de su propio proceso.

No obstante cada acompañante observa y registra la actividad de quienes compartió en el día y si no son los reportes que le corresponden, entrega la información al acompañante que lo hace.

Un reporte de actividades y estados de desarrollo permite visualizar cómo es el desenvolvimiento y maduración a nivel cognitivo, emocional y social de cada uno de los participantes. Asi mismo,permite elaborar un plan de aprendizaje Integral con cada uno de los niños y las niñas (a partir de los 11 años) ya que se activan las funciones ejecutivas, que será motivo de otro artículo.

Cada ciclo educativo está dividido en dos períodos o quinquemestres, se entrega a lis padres de familia un reporte de actividades y estados de desarrollo dos veces por ciclo con base en las diversas actividades observadas por los acompañantes de cada sección, y que se van registrando en el día a día en una base de datos.

El acompañamiento por parte del adulto en este tipo de educación es primordial, ya que requiere de una atención de calidad con base en la observación consciente, lo que permite un seguimiento pedagógico integral.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *